RIU Hotels reafirma su compromiso con la sostenibilidad ambiental y social en Costa Rica al recibir la certificación del Código de Conducta, programa adscrito al CST. Este reconocimiento no solo fortalece la reputación del sector hotelero, sino que también posiciona a Costa Rica como un referente global en turismo sostenible.
RIU Hotels fortalece su compromiso al adherirse al Código de Conducta
RIU recibió un nuevo impulso tras ser reconocida en el Encuentro de Sostenibilidad Turística, organizado por el Instituto Costarricense de Turismo (ICT).
Por Ericka Fernández y Karen Retana
RIU recibió un nuevo impulso tras ser reconocida en el Encuentro de Sostenibilidad Turística, organizado por el Instituto Costarricense de Turismo (ICT).
La cadena RIU Hotels & Resorts ha consolidado su presencia en Costa Rica no solo como uno de los referentes en hotelería todo incluido en Guanacaste, sino también como un actor comprometido con la sostenibilidad ambiental, social y turística. Este liderazgo fue reafirmado el pasado 28 de febrero durante el Encuentro de Sostenibilidad Turística, gracias a su participación activa en el Programa de Certificación para la Sostenibilidad Turística (CST) y su adhesión al Código de Conducta para la protección de la niñez y la adolescencia frente a la explotación sexual comercial en el contexto de los viajes y el turismo.
Para Alma Tesillos, directora de Responsabilidad Social de RIU y encargada del trabajo de sostenibilidad en América, este tipo de reconocimientos reflejan la coherencia entre la filosofía corporativa de la cadena y su práctica operativa diaria: “Lo que nosotros buscamos precisamente en RIU es integrar prácticas responsables y sostenibles en todas nuestras operaciones a nivel global. Esta estrategia se centra en pilares fundamentales que aseguran un impacto positivo tanto en el medio ambiente como en las comunidades locales donde operamos”.
La estrategia de sostenibilidad de RIU se estructura en tres grandes ejes. El primero es el de personas, que pone a los colaboradores internos en el centro de la organización, promoviendo una cultura organizacional que interioriza los valores de la sostenibilidad. El segundo eje, destinos sostenibles, aborda tanto la relación con las comunidades donde operan como el compromiso ambiental, con acciones dirigidas a minimizar la huella de carbono y mitigar el impacto de sus operaciones sobre el entorno natural. El tercer eje es el de la transparencia, que se traduce en una comunicación clara y en el cumplimiento riguroso de normativas, estándares y exigencias de los distintos grupos de interés.
Uno de los aspectos que destaca el compromiso de la cadena es su adhesión desde 2012 al código internacional The Code, que establece lineamientos concretos para combatir la explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes. En este marco, el ICT reconoció recientemente al hotel RIU en Guanacaste por su cumplimiento con el Código de Conducta costarricense. “Estamos muy agradecidos por este reconocimiento, pero nosotros ya veníamos trabajando desde hace muchos años en esta temática. Contamos con protocolos de actuación, formación continua a nuestro personal y cláusulas específicas para que nuestros proveedores también se sumen a esta causa. Es parte de nuestro ADN institucional”, señaló Tesillos.
La ejecutiva también destacó cómo esta clase de iniciativas elevan el posicionamiento de Costa Rica como un destino turístico responsable y comprometido con el bienestar social. “Este tipo de acciones convierten al país en un referente global. Hoy, cada vez más personas eligen sus destinos turísticos no solo por sus paisajes o infraestructura, sino también por el tipo de prácticas responsables que implementan”.
RIU reconoce que el camino de la sostenibilidad viene acompañado de retos importantes. “Uno de los principales desafíos es mantenernos en constante evolución. Debemos adaptarnos a las nuevas exigencias, ser resilientes y estar preparados para responder ante situaciones imprevistas, como lo fue en su momento la pandemia. Además, hablar abiertamente de temas como la explotación sexual de menores sigue siendo un reto porque es un tema muy sensible. Pero hay que nombrarlo, enfrentarlo y actuar con transparencia. Esa es nuestra responsabilidad como actores del turismo”, afirmó.