Imagen con fines ilustrativos tomada de nuestros archivos
Cinco debilidades estructurales mantienen rezagado al país en materia de salud mental, en el marco del Día Mundial que se conmemora mañana.
Hay una falta de especialistas, saturación del sistema, ausencia de redes comunitarias, estigma social y débil coordinación institucional que impiden que miles de costarricenses accedan a la atención en salud mental que necesitan.
Los problemas en salud mental se agravan cuando se presentan emergencias naturales o sociales. Por ejemplo, durante la pandemia, el 61 % de la población costarricense presentó síntomas de depresión y el 43,7 % manifestó ansiedad grave.
Estos trastornos también se desencadenan ante pérdidas, duelos, desplazamientos y la ruptura de vínculos comunitarios, que pueden derivar en ansiedad, depresión, estrés postraumático y otros padecimientos que requieren atención continua.
“El 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha que nos recuerda que, incluso en medio del caos, cada persona merece apoyo, escucha y acompañamiento. Es un llamado urgente a fortalecer la acción colectiva para proteger y ampliar los servicios de salud mental en tiempos de crisis”, señaló Álvaro Solano, director de la Escuela de Psicología de la Universidad Fidélitas.
En el marco de esta fecha, el Ministerio de Salud realizará el Primer Festival Nacional de Salud Mental 2025, un evento histórico que busca sensibilizar sobre la importancia del bienestar emocional y fortalecer las redes de apoyo familiar y comunitario.
El programa incluirá actividades culturales, recreativas, psicoeducativas, deportivas y de meditación, desde las 8:00 a.m., así como las Zonas Protectoras de Salud Mental, con dinámicas enfocadas en el manejo emocional, la regulación sensorial, la higiene del sueño, la terapia respiratoria, el autocuidado de adultos mayores, la estimulación cognitiva y temprana, el ajedrez terapéutico, el yoga y la terapia asistida con animales.
Actividades
Se habilitarán zonas protectoras de salud mental, con dinámicas enfocadas en:
Regulación sensorial
Manejo de emociones negativas
Comunicación afectiva
Higiene del sueño
Terapia respiratoria
Autocuidado de adultos mayores para prevenir el deterioro cognitivo