Según el Informe de Desarrollo Humano 2019, la empleabilidad de adultos jóvenes y el sexo femenino son parte de los grandes desafíos de Costa Rica.
Según el Informe de Desarrollo Humano 2019, la empleabilidad de adultos jóvenes y el sexo femenino son parte de los grandes desafíos de Costa Rica.
Las manifestaciones por el desencanto, la frustración y el enojo que se están produciendo en todo el mundo, indican que, pese a los avances sin precedentes en la disminución de la pobreza y el reconocimiento de los derechos humanos, persiste la exclusión de miles de personas a oportunidades para construir un proyecto de vida digno. La causa subyacente, argumenta un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), es la desigualdad.
En América Latina, la percepción de injusticia en la distribución de la riqueza ha aumentado desde 2012, volviendo a los niveles de finales de los años noventa. La desigualdad en el bienestar subjetivo, que se había mantenido estable en la región hasta 2014, ha aumentado desde entonces. Entre los 50 países con mayor desarrollo humano en todo el mundo, Argentina tiene la mayor desigualdad en la esperanza de vida, y Chile tiene la mayor desigualdad en los ingresos, según el Índice de Desarrollo Humano Ajustado por Desigualdad.
“La desigualdad se asocia típicamente con patrones de exclusión económica, social y política. Como tal, independientemente de su importancia normativa, conlleva costos sociales y económicos significativos para la sociedad", dice el subsecretario general de las Naciones Unidas y director regional del PNUD para América Latina y el Caribe, Luis Felipe López Calva.
El Informe sobre Desarrollo Humano 2019, titulado “Más allá del ingreso, más allá de los promedios, más allá del presente: desigualdades del desarrollo humano en el siglo XXI”, es pionero en una forma integral de medir el progreso de los países más allá del crecimiento económico, y advierte sobre las nuevas formas que exacerban las desigualdades: tecnología, educación y crisis climática.
“La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible aspira a reducir la desigualdad en todas sus dimensiones y este informe justamente buscar ampliar el lente sobre las nuevas desigualdades que conspiran contra el mandato de no dejar a nadie atrás”, cita José Vicente Troya Rodríguez, Representante Residente del PNUD en Costa Rica.
El Informe señala 5 mensajes claves que resumen bien su alcance, así como las preocupaciones y propuestas que lo inspiran.
Avances y desafíos para alcanzar el desarrollo en Costa Rica
En el contexto de América Latina y el Caribe, según el Índice de Desarrollo Humano, Costa Rica se ubica en el octavo lugar (68) con un Índice de Desarrollo Humano para 2018 es de 0.794, igual al de 2017, manteniéndose en la posición 68 entre 189 países. En orden descendente se encuentra Chile (42), Argentina (48), Barbados (56), Uruguay (57) Bahamas (60), Trinidad y Tobago (63) y Panamá (67).
Costa Rica destaca positivamente en sus indicadores de expectativa de vida (80.1 años), la más alta de la región, expectativa de años de escolaridad por encima del promedio. Con respecto a la sostenibilidad ambiental, el Informe sitúa a Costa Rica en el tercil superior a nivel mundial.
Sin embargo, hay importantes desafíos que tienen que ver con los años efectivos de educación para personas mayores de 25 años, que es solo de 8.7 años y que compromete seriamente las posibilidades de encontrar empleo de calidad e ingreso estable y suficiente, así como la necesidad de promover el empoderamiento económico de las mujeres. El Ingreso Nacional Bruto de $14.790 es bajo para las expectativas y potencial de crecimiento económico del país.
El Índice de Desarrollo Humano ajustado por la Desigualdad (IDH-D), baja a 0.645 lo que implica una desmejora en la posición respecto a 2017 cuando era 0.651. Según la información disponible para 2018, el 40% de la población más pobre tiene una participación del 12.8% de los ingresos mientras que el 10% de la población más rica tiene una participación del 37.0% de los ingresos.
Respecto al Índice de Desigualdad de Género (IDG-D), Costa Rica presenta una puntuación de 0.285 que lo ubica en el sitio 61 de 162 países. Pese a que las mujeres presentan más años de educación, permanece una brecha del 80% en el Ingreso Nacional Bruto (INB) per cápita entre hombres y mujeres.
Recomendaciones para un abordaje “Más allá del ingreso, más allá de los promedios, más allá del presente”
El Informe recomienda políticas que no solo tomen en cuenta los ingresos, sino que también vayan más allá, y que se sustenten en intervenciones que abarquen todo el ciclo de vida y se inicien incluso antes del nacimiento; asimismo, el Informe argumenta que la tributación no debe considerarse de forma aislada, sino como parte de un sistema coherente de políticas para el desarrollo humano, que incluya el gasto público en salud y educación, y políticas fiscales que hagan viable nuevos estilos de vida, reduciendo emisiones de carbono.
Por tanto, considerando los hallazgos del Informe frente a los desafíos actuales de Costa Rica, se propone una batería de políticas y acciones para combatir la desigualdad.
Para el Representante de PNUD en Costa Rica “existen múltiples manifestaciones de las desigualdades que además se refuerzan entre sí y que van camino de volverse en un fenómeno sistémico que se enquista en el poder. La tarea empieza por reconocer la desigualdad, es decir, conocer dónde ocurre, a quiénes afecta más y cómo esto refuerza patrones de exclusión”.
“Cuando se crean oportunidades para desestigmatizar y dignificar a las personas, los logros en el avance del desarrollo humano pueden brindar grandes dividendos. A veces, a las personas puede importarles más la dignidad, el trato igualitario y la no discriminación antes que una distribución inequitativa del ingreso”, concluye Troya Rodríguez.