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Reserva Conchal y Fuerza Pública: una alianza que fortalece la seguridad en Brasilito

Periódico Mensaje realizó una gira por Reserva Conchal y la comunidad de Brasilito, donde conversó con Gabriela Meza, gerente de Sostenibilidad de Reserva Conchal, sobre el impacto de esta alianza en la seguridad y el bienestar comunitario.

Reserva Conchal y Fuerza Pública: una alianza que fortalece la seguridad en Brasilito
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Periódico Mensaje realizó una gira por Reserva Conchal y la comunidad de Brasilito, donde conversó con Gabriela Meza, gerente de Sostenibilidad de Reserva Conchal, sobre el impacto de esta alianza en la seguridad y el bienestar comunitario.

En 2019, la empresa donó el terreno y financió la construcción de la delegación de la Fuerza Pública en Brasilito, una iniciativa que ha marcado un antes y un después en la protección y tranquilidad de la zona.

Según Meza, la motivación para involucrarse en un tema tan estratégico como la seguridad nació del compromiso de Reserva Conchal con su entorno social: “Entendimos que el desarrollo turístico no puede darse sin comunidades seguras y resilientes. Para nosotros era fundamental que vecinos, colaboradores y visitantes contaran con un espacio adecuado para la Fuerza Pública y mejores condiciones de vigilancia.”

Además, la compañía mantiene un acompañamiento constante: “No nos quedamos solo en la construcción. Seguimos colaborando en temas de logística, coordinación y apoyo a distintas iniciativas que fortalecen la seguridad local”, señaló.

Sobre futuros proyectos, Meza adelantó que existen nuevas conversaciones con el Ministerio de Seguridad y otras organizaciones para ampliar el alcance del trabajo conjunto: “Queremos replicar el modelo en otras comunidades y explorar programas de capacitación y tecnología para mejorar la vigilancia en la zona.”

La gerente de Sostenibilidad también destacó que este proyecto deja aprendizajes valiosos para otras regiones turísticas: “La clave está en sumar esfuerzos entre sector privado, gobierno y comunidad. Cuando todos trabajan con un mismo objetivo, el impacto es real y sostenible.”

El caso de Brasilito se perfila como un referente de colaboración público-privada en Guanacaste, demostrando que la inversión social de las empresas puede generar entornos más seguros, fortaleciendo no solo la actividad turística, sino también la calidad de vida de las comunidades vecinas.

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