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Entidad recuerda que la prioridad absoluta debe ser resguardar la vida humana y aplicar de inmediato los protocolos de emergencia

Tras el reporte de un reciente incidente con gas licuado de petróleo (GLP) ocurrido esta semana en una vivienda en Santa Ana y en un restaurante,  el Colegio de Químicos de Costa Rica hizo un llamado urgente a la población, a las empresas y a las organizaciones a no bajar la guardia en el manejo de sustancias químicas y gases inflamables, especialmente durante el cierre de año, cuando se incrementan las actividades en los hogares y en comercios.

La entidad enfatizó que, ante cualquier evento de este tipo, la protección de la vida humana debe ser siempre la primera prioridad, seguida de la aplicación estricta de los protocolos técnicos establecidos para controlar y mitigar los riesgos.

“El manejo de sustancias químicas y gases inflamables requiere conocimiento especializado, equipos adecuados y un estricto cumplimiento de los protocolos de seguridad. La prioridad siempre debe ser resguardar la vida humana, contener la fuga y comunicar de inmediato a las autoridades competentes”, señaló Guillermo Blanco, director ejecutivo del Colegio de Químicos de Costa Rica.

El Colegio recordó que, en caso de derrames o escapes de productos químicos o gases, se deben ejecutar de forma inmediata acciones como detener la fuente o aislar la fuga, realizar la evacuación y delimitación del área, notificar de inmediato al Cuerpo de Bomberos y a las autoridades ambientales y sanitarias, así como utilizar el equipo de protección personal (EPP) correspondiente.

Asimismo, subrayó la importancia de contener el derrame, neutralizarlo o mitigarlo cuando sea técnicamente posible, recolectar los residuos de forma segura, ventilar la zona, monitorear las condiciones ambientales y del personal expuesto y, finalmente, elaborar un informe técnico que permita revisar y fortalecer los procedimientos para evitar incidentes futuros.

El Colegio advirtió que un escape de gas en grandes cantidades puede generar graves consecuencias para la salud y el ambiente. En las personas, puede provocar intoxicaciones agudas, quemaduras químicas, asfixia, daños neurológicos y afectaciones en la piel y los ojos, con impactos a corto, mediano y largo plazo. En el ambiente, puede ocasionar contaminación de aguas superficiales y subterráneas, afectación a la flora y fauna, y la formación de subproductos tóxicos persistentes.

Además, este tipo de eventos puede obligar a la evacuación de comunidades, interrumpir servicios esenciales y generar situaciones de alarma o pánico social.

El Colegio de Químicos recordó que Costa Rica cuenta con un robusto marco regulatorio para el manejo, transporte y almacenamiento del GLP, entre ellos:

  • El Reglamento General para la Regulación del Suministro de Gas Licuado de Petróleo (GLP).
  • El Reglamento de autorización y registro de tanques estacionarios para autoconsumo.
  • El Reglamento para el Diseño, Construcción y Operación de Plantas de Almacenamiento y Envasado de GLP.
  • Los Reglamentos Técnicos Centroamericanos (RTCA) aplicables.
  • Las normativas y ordenanzas municipales, así como las inspecciones del Cuerpo de Bomberos, el Ministerio de Salud y la supervisión de la ARESEP en el comercio del GLP.

Blanco subrayó que el GLP es una fuente de energía segura siempre que se manipule con los dispositivos adecuados, bajo supervisión técnica y con medidas de prevención actualizadas.

“No podemos permitir que la rutina o la confianza sustituyan la precaución. Cada procedimiento de mantenimiento, traslado o almacenamiento de gas debe ejecutarse con conocimiento técnico y bajo protocolos estrictos de seguridad. En el cierre del año, el llamado es claro: no bajar la guardia”, concluyó.

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