- La post pandemia trajo consigo un auge en la demanda de los bienes raíces en diversas zonas en Guanacaste, cuyo precios han incrementado hasta en un 20%.
Karen Retana Barboza
Periodista
Kilómetros de playa, amplios terrenos que dan la sensación de libertad, la experiencia de vivir con la naturaleza y en un ambiente saludable, es la percepción que ha calado profundamente fuera de nuestras fronteras, visualizando a Costa Rica como el destino ideal post pandemia.
La estrategia de promoción desplegada por el país, no solo ha capturado la atención de turistas de todo el mundo, sino también de inversionistas procedentes de Estados Unidos, Canadá, Israel, Gran Bretaña y Alemania que llegan a Guanacaste interesados en la compra de propiedades.
A ello se suma la diversificación de la oferta gastronómica, la aparición de boutiques exclusivas, la llegada de cadenas internacionales y el perfil del comercio para dar una atención selectiva han mejorado la perspectiva de la locación.
De acuerdo con Randall Fernández, consultor de Ranfer – Networking, el apetito por la compra de propiedades está ligado a la cercanía con el Aeropuerto Daniel Oduber, a una distancia de 45 a 60 minutos máximo, potenciado zonas como: Las Catalinas, Playa Celeste, Palmitas, Avellanas así como Flamingo.A ello se suma otras áreas que poseen aeropuertos cercanos o regionales así como otras características que los convierten en polos de desarrollo, tal es el caso de Nosara, Santa Teresa y Santa Elena.
Esta demanda se concentra en casas de habitación, condominios y villas de lujo, las cuales no solo son consideradas para residencia de descanso, sino para el retiro. Por lo general, estos clientes buscan residencias 250 y 500 metros cuadrados y lotes de 700 a 2.500 metros cuadrados.
Por ejemplo, en Reserva Conchal de los 12 proyectos inmobiliarios, solamente tienen disponible 10 lotes cuyo precio van desde los $500.000 hasta los $750.000. Para este año, la expectativa es colocar más de $7.000.000 en producto inmobiliario.
En el circuito Avellanas destino catalogado como el “próximo” Tamarindo, el precio de la tierra ha subido por las nubes, muestra de ello es que una finca adquirida por $1.800.000 en la cual se construirán residencias y un centro comercial, su valor hoy es de $8.000.000.
En el caso de Tamarindo, el precio del metro cuadrado sigue en ascenso. En este destino se cotizan residencias cuyo metro cuadrado va desde los $1.000 a los $5.100.
Fernández comentó que un complejo compuesto por 10 villas ubicadas en el Golfo de Papagayo valoradas cada una en $500.000 se colocaron en menos de dos meses y el precio final de algunas de ellas incrementó en un 10% debido a la demanda.
En Flamingo, la agencia Luxury Real State Papagayo cuenta con un portafolio de residencias de 5.000 metros cuadrados en adelante con un valor de $7.900.000. Mientras que en Playas del Coco el precio va desde los $350.000 hasta $2.3000.000
Nosara también es visto como un clúster atractivo por albergar hoteles boutique, una comunidad de extranjeros consolidada con negocios y restaurantes. Su precio por metro cuadrado es de $1.250 hasta los $3.839.