Los pescadores artesanales de Coyote y Bejuco, Guanacaste, descargaron más pargo manchado a lo largo del año 2019 del que hayan descargado durante cualquiera de los últimos 12 años que se lleva registro, con más del doble del descargado en el 2011. El repunte en la producción de la especie comercial más importante de esta pesquería se atribuye a la prohibición de realizar pesca de arrastre, lo que ha propiciado la recuperación de la población. Esta es la conclusión principal de un Informe Preliminar de Resultados distribuido por las organizaciones no gubernamentales (ONGs) Fins Attached Marine Research and Conservation de los EEUU y el Centro Rescate de Especies Marinas Amenazadas (CREMA) de Costa Rica.
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Desde el 2007 inició un proyecto con los pescadores de Coyote, al cual se unieron los pescadores de Bejuco en 2009, para obtener una certificación de pesca sostenible. A pesar de que en el 2016 una evaluación del stock del pargo manchado concluyó que la población aún no se encontraba en estado de sobre explotación, también señaló que la mortalidad inducida por pesca de arrastre sobre la misma era biológicamente insostenible. En agosto del 2019 culminó un proceso que prohibió la pesca por arrastre en Costa Rica, ordenado por la Sala Constitucional desde el 2013. Los autores del estudio consideran que la prohibición sobre la pesca de arrastre se traduce en mayor disponibilidad del recurso pargo manchado para los pescadores artesanales y una mayor capacidad de reproducción, lo que propicia la recuperación de la población.
“Es lógico que ahora la pesca del pargo manchado está ahora mejor sin la presión de los barcos camaroneros de arrastre,” dijo entusiasmado Amado Quirós, pescador artesanal de Coyote. “Los grandes barcos camaroneros de arrastre no venían aquí a pescar camarón, sino pargo manchado y otros recursos, y no podíamos competir con nuestras pangas artesanales,” recordó Quirós.
“No solo se está recuperando la población del pargo manchado, sino también otras especies que habitan en aguas más hondas, como el congrio y las cabrillas,” afirmó Miriam Vargas, pescadora artesanal de Bejuco. “Esto es muy importante para nosotros, pues el pargo manchado es un recurso estacional, y cuando su captura merma tenemos otras opciones comerciales,” explicó Vargas.
Según Jeffry Madrigal, co-autor del estudio y representante de CREMA, son necesarias ahora más acciones para mejorar la gestión de la pesquería del pargo manchado en Nandayure. “Este año nos concentraremos en obtener datos sobre algunos parámetros más, como producción total, esfuerzo pesquero total, abundancia de larvas y movimientos migratorios de los pargos,” informó Madrigal.
Existe preocupación, no obstante, entre las ONGs y los grupos de pescadores artesanales por una propuesta de Ley que busca reinstalar la pesca de arrastre en Costa Rica, y cuya constitucionalidad actualmente se consulta en la Sala Constitucional.
“Hago este llamado a los Magistrados de la Sala IV para que declaren la inconstitucionalidad de la propuesta de ley que busca traer de vuelta a la destructiva e insostenible pesca de arrastre a Costa Rica,” dijo vehementemente Randall Arauz, de la organización Fins Attached Marine Research and Conservation. “No existe ciencia académicamente aceptable para afirmar que la pesca de arrastre se puede realizar en términos sostenibles en Costa Rica, y solo funcionaría en detrimento del sector pesquero artesanal que tiene la oportunidad de explotar este recurso de manera responsable y sostenible, en beneficio del interés público,” afirmó Arauz.
