Es bien conocido que Costa Rica destaca internacionalmente por contar con un 25% de su territorio en áreas naturales protegidas, como, por ejemplo, los parques nacionales. Sin embargo, en este Mes del Ambiente, organizaciones destacan la importancia de los 44 corredores biológicos oficialmente constituidos en el país y que abarcan un 33% de su territorio, es decir, 1.632.200 hectáreas.

Los corredores biológicos son espacios fundamentales para preservar especies en peligro de extinción o amenazadas como el jaguar, el puma, el tapir o danta, la lapa verde y el pájaro campana. Además, propician el desarrollo sostenible de las personas que allí habitan.

“En Costa Rica, donde habita el 5% de la biodiversidad de especies del mundo, es importante que protejamos los corredores biológicos. Estos lugares permiten la sostenibilidad a largo plazo de las áreas silvestres protegidas, como los parques nacionales, al permitir el paso de especies, semillas, alimentos y otros recursos”, comentó el especialista del Centro Científico Tropical (CCT), Alexander González.

Igualmente, la conectividad de estas áreas es importante para el turismo ecológico, una de las principales fuentes de ingresos de Costa Rica. Por ejemplo, la Reserva Biológica Bosque Nuboso Monteverde, administrada por el CCT, recibe 100.000 visitantes al año, lo que contribuye a la economía local y nacional.

Los corredores biológicos se organizan a través de Comités Locales, compuestos por agrupaciones comunales, organizaciones sin fines de lucro, instituciones estatales y sector privado. Estos se regulan a través del decreto N° 40043-MINAE del 2017 bajo la coordinación del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC).

El CCT recordó que algunos de los retos que enfrentan los corredores biológicos son aumentar la participación de organizaciones en los Comités Locales, así como dar a conocer a la población la importancia de estos espacios para la biodiversidad del país y la economía.