Por: Melissa Solís Cordero / Periodista Periódico Mensaje 

Un total de 13 Asadas de Guanacaste se beneficiaron al recibir una capacitación impartida por la Universidad Nacional (UNA), entre mediados y finales del 2015, como parte del desarrollo de una estrategia para garantizar que el agua llegue en cantidad, calidad y continuidad adecuada a la región Chorotega; pero sobre todo reforzar prácticas en beneficio del medio ambiente.

Andrea Suárez, directora de Hidrocec de la UNA manifestó que el taller fue nominado “Fortalecimiento de las capacidades de Asadas mediante la capacitación e implementación de mejores prácticas técnicas e innovación en la gestión comunitaria del agua”, donde participaron hasta tres miembros por Asada. La capacitación teórica y práctica, tuvo una duración de 60 horas efectivas.

Las Asadas seleccionadas fueron nueve de Santa Cruz: Huacas, Tamarindo, Potrero, Santa Rosa, Brasilito, Villareal, El Llano, Lorena y San José de Pinilla; y cuatro de Abangares: Acueducto Municipal, San Juan Grande, Santa Lucía y Coyolar.

“Guanacaste tiene alrededor de  540 Asadas, las asociaciones administradoras de acueductos y alcantarillados rurales son constituidas por gente del pueblo que se asocia y adquiere un convenio de delegación por parte del AyA para funcionar en determinada comunidad, pero es común que nunca hayan tenido capacitaciones de la gestión del recurso hídrico, y a esto se debe el origen de este proyecto”, dijo Suárez.

Costa Rica posee altos porcentajes de cobertura, alcanzando el 98%; y la calidad a nivel nacional refleja un 44% no potable y un 56% potable, según datos de la UNA.

Sin embargo, los acueductos comunales son los que presentan mayores problemas de vulnerabilidad, representando un 75%, en: fuentes, tanques de almacenamiento y en las redes. Además de poseer poca capacidad operativa.

Suárez fue enfática en que la capacitación abarcó ocho módulos distintos, por citarse algunos: la gestión integral del recurso hídrico y el tema de cuenca hidrográfica, sistemas de tratamiento de aguas residuales, medición, ahorro y uso eficiente del agua; procesos administrativos y planeamientos (costo, inversión, etc.), planes de seguridad del agua, análisis de los peligros que hay en los acueductos y puntos críticos de control, medidas correctivas y preventivas para enfrentar un evento catastrófico, entre otros.

Se trabajó con las Juntas Directivas de asadas en tema de evaluación  de la condición actual de las Asadas. Con ayuda de estudiantes de Francia que estuvieron de intercambio en la UNA, se realizaron mapas a nivel de sistemas de información geográfica, así  definiendo e identificando los riesgos y peligros existentes. De acuerdo con Suárez, la información es confidencial debido a que apenas se está procesando.

Luego del análisis integral de los resultados, se realizará un diagnóstico ambiental de cada Asada, que permita la puesta en práctica de planes de seguridad del agua.

“En Santa Cruz, las Asadas tienen un nivel de organización mayor a pesar de sus múltiples problemas como la sequía y su estrés hídrico acuífero; están más comprometidos y organizados. En Abangaresexisten grandes problemas de infraestructura y capacidad operativa, sin embargo con grandes deseos de superación y abiertos al fortalecimiento de sus capacidades”, indicó la Directora.

Pero Abangares tiene una excepción, su Acueducto Municipal, el cual está más consolidado, al contar con un presupuesto anual para trabajar, con empleados y demás.

En este sentido durante el taller, se percibió que hay Asadas más consolidadas, al encontrarse algunas desintegradas por la escasa participación comunitaria.

“La gestión comunitaria está relacionada con la capacidad de organización que tengan las comunidades y niveles de compromiso en educación ambiental y consciencia”, aseguró la profesional.

Las mayores necesidades o cuestionamientos que se percibió durante el taller fueron: la falta de capacitación y herramientas para identificar problemas,  la mayoría no saben cómo realizar una medida correctiva, o qué hacer para prevenir el peligro; además de inquietudes con el reglamento de legislación que deben cumplir, donde se exponen aspectos como la cloración, cumplir monitoreo calidad agua, etc.

“Quienes trabajan en Asadas deben tener conciencia ambiental en todo sentido, por lo que deben realizar campañas de reforestación en las cuencas, entre otras iniciativas que son de fortalecimiento al recurso hídrico y del ambiente”, concluyó la docente.

Luego de esta capacitación, la UNA dará continuidad al proceso con otras Asadas  de Guanacaste, en el 2016,  principalmente con aquellas que se encuentran en mayores condiciones de vulnerabilidad.